lunes, 9 de enero de 2012

Too Much Too Young Too Fast.

He oido de tu boca tantas cosas bonitas, tantos deseos imborrables, demasiadas promesas quebradas, como mi voz cuando te llama, suplicando que vuelvas.

Te he visto tocar el cielo con esos dedos que caligrafiaban mis sentidos en tu piel, y ponerle nombre a las nubes, y a cada milímetro de mi cuello.

¿Y ahora qué? Ahora somos dos extraños que brindan por encontrar un mañana en solitario, y esos gritos que rompían el silencio son el eco de lo que fuimos. Un disparo en tiempos de guerra, un charco de lluvia en primavera.

Sin ninguna lógica establecida.

Tantas cosas de las que poder escribir, todas adecuadas para el momento, pero todas con el mismo final. ¿Porqué? porqué solo apareces tú en mi mente, no sales, no me dejas ni un respiro. Los demas pensamientos vienen y se van, en cuestión de segundos, sin cualquier lógica ninguna. Quisiera escribir de las personas que tambien como mis pensamientos, vienen y se van, quisiera transmitir esos momentos mágicos que uno tuvo de pequeño con la familia, quisiera decirle al mundo todo lo que siento, pero no puedo. Empiezas a escribir y siempre tropiezas con la misma piedra, siempre llegas a un callejón sin salida., siempre llego a tí. ¿Pero sabes que es lo bueno? que sigo queriendo que deambules entre las pocas neuronas que me quedan, para que se me sigan olvidando todas las cosas negativas que me suceden en un abrir y cerrar de ojos. Porque cuando me pongo a recapacitar, tumbada en mi cama, con mi Música dándolo todo con mis auriculares, solo estámos tú y yo en mi mente, como si estuviesemos solos en el mundo, en mi mundo.